El Santo Padre, Benedicto XVI, saluda a todos los peregrinos y todo el mundo desde Roma. Como cada año, su saludo final, lo pronuncia en diferentes lenguas, porque el idioma no ha de ser algo que nos separa sino un signo cultural dentro de la diversidad que nos enriquece.
Con la frase: "La VERDAD ha brotado en la tierra", el Santo Padre abre su discurso. El mensaje de fondo "solo los lazos y relaciones nos hacen "humanos".
Mensaje de Benedicto XVI:
"Queridos
hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero, feliz Navidad a todos vosotros
y vuestras familias.
Expreso
mi felicitación esta Navidad, en este Año
de la fe, con estas palabras tomadas del Salmo: «La verdad brota de
la tierra». En realidad, en el texto del Salmo las encontramos en futuro: «La
verdad brotará de la tierra»; es un anuncio, una promesa, acompañada de otras
expresiones que juntas suenan así: «La misericordia y la verdad se encontrarán,
/ la justicia y la paz se besarán; / la verdad brotará de la tierra, / y la
justicia mirará desde el cielo; / el Señor nos dará la lluvia, / y nuestra
tierra dará su fruto. / La justicia marchará ante él, / la salvación seguirá
sus pasos» (Sal 85,11-14).
Hoy,
esta palabra profética se ha cumplido. En Jesús, nacido en Belén de la Virgen
María, se encuentran realmente la misericordia y la verdad, la justicia y la
paz se han besado; la verdad ha brotado de la tierra y la justicia mira desde
el cielo. San Agustín explica con feliz concisión: «¿Qué es la verdad? El Hijo
de Dios. ¿Qué es la tierra? La carne. Investiga de dónde nació Cristo, y verás
que la verdad nació de la tierra… la verdad nació de la Virgen María» (En. in Ps. 84, 13). Y
en un sermón de Navidad afirma: «Con esta festividad anual celebramos, pues, el
día en que se cumplió la profecía: “La verdad ha brotado de la tierra, y la
justicia ha mirado desde el cielo”. La Verdad que mora en el seno del Padre ha
brotado de la tierra para estar también en el seno de una madre. La Verdad que
contiene al mundo, ha brotado de la tierra para ser llevada por manos de una
mujer… La Verdad a la que no le basta el cielo, ha brotado de la tierra para
ser colocada en un pesebre. ¿En bien de quién vino con tanta humildad tan gran
excelsitud? Ciertamente, no vino para bien suyo, sino nuestro, a condición de
que creamos» (Serm. 185,
1). leer mensaje completo...
(Revista ecclesia)