II Semana de Adviento

II SEMANA ADVIENTO

Seguimos avanzando en este peregrinaje hacia Belén, el lugar donde nace Jesús. Hoy también nosotros seguimos la estrella que guió a los reyes de oriente. Hoy nuestra luz se llama FE, ESPERANZA, SOLIDARIDAD,  AMOR, COMPROMISO, FIDELIDAD ... 

En esta segunda semana de Adviento se nos invita a ponernos en camino, a ponernos en marcha hacia donde nos guía la luz y poner manos a la obra. El primer trabajo es caminar hacia nuestro interior, y prepararle un sitio al Señor que viene. Fuera los odios, la división, los engaños, el poder, la avaricia, el orgullo, y todos los vicios con que no se identificó Jesús.

Esta espera del Mesías, del Cristo Redentor, no es una espera pasiva, es una espera activa que nos lleva a creer y a ser coherentes con aquello en que creemos.

 Esperamos junto a María, la mujer del Adviento, en ella cobran significado todas las profecías del AT. Ella creyó sin entender, y aceptó en el más perfecto abandono, la voluntad de Dios,  contesta en un tono humilde y sencillo: "Soy la servidora del Señor, hágase en mí según su Palabra".

Cuando mires al cielo y veas las estrellas, déjate iluminar por ellas. Mira con atención lo que el Señor tú Dios te está pidiendo en tu interior.  Y pueda escuchar ese sí generoso, "sí Señor cuenta conmigo en la misión"

El Adviento, tiene una espiritualidad propia, la espera confiada, la oración vigilante, el gozo por el amigo que viene el "EMMANUEL", que significa Dios-con-nosotros. El compromiso con las promesas de Dios. El sentido de adoración y alabanza. Todo comienza de nuevo, todo vuelve a ser posible, porque para Dios, nada es imposible.

Mientras más se descubra toda la riqueza de estas cuatro semanas previas a la Navidad, más firme será tu fe, tu esperanza y tu amor solidario para con todos los hombres y mujeres del mundo.