Tendremos un recuerdo especial por nuestra querida Ana María Janer, la cual amó la vocación enfermera desde su juventud, y se dedicó al cuidado del enfermo con un estilo diferente: "Viendo en cada uno de ellos el mismo rostro de su Señor". El Verbo hecho Hombre, contemplado y servido en el prójimo, era su mayor su pasión.
Ella invita a todas la enfermeras a que sigan atentas en su labor diaria, sin descuidar la técnica ni la profesionalidad, a que sean expertas en humanidad, perfeccionándose día a día en el "arte de saber cuidar", de ser muy humanas con un gran respeto a la fragilidad y dignidad de cada persona.
Ana Maria Janer:
Ana Maria Janer:
- Gracias! por tu entrega y dedicación a "los pobrecitos enfermos, los desvalidos, los ancianos y los niños".
- Gracias! por cuidar de ellos "como una madre cariñosa".
- Gracias! porque estuviste siempre disponible allí donde podías aportar tu granito de arena en el cuidado de las personas, "todo por amor".
¡¡¡Felíz día Ana María Janer!!!
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