Se cuenta que había una rosa que era la más bella del jardín. Sin embargo, se dio cuenta de que al lado de ella, siempre había un sapo grande y oscuro. Un día muy enfadada la rosa, le ordenó al sapo que se fuera inmediatamente de su lado. Y así lo hizo con una actitud humilde y obediente.
Poco tiempo después, el sapo pasó por donde estaba la rosa, y se sorprendió de verla con la flor marchita, sin hojas ni pétalos.
Le dijo entonces el sapo: ¿Qué te ha pasado? Te veo muy mal. Estás desconocida.
La rosa respondió:
Desde que te fuiste, las hormigas me han comido día a día y nunca volveré a ser igual.
Pues claro, contestó el sapo, cuando yo estaba aquí me comía esas hormigas y por eso eras la más bella del jardín.
(Martín Irure)
AQUÍ VA EL MENSAJE:
"Muchas veces despreciamos a los demás por creer que valemos más que ellos o porque no sirven para nada. Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar. Nadie debe despreciar a nadie. Todos pueden aportarnos algo para ser más felices, que esto es lo importante, recordemos las sabias palabras de la Beata Ana María Janer: "no quiero que desprecien a nadie porque Dios está en cada uno de ellos".