jueves, 22 de septiembre de 2011

LA SANTIDAD ES PARA TODOS

Estamos a pocos días de la Beatificación de nuestra peregrina de la caridad: Ana María Janer, es una alegría inmensa para todos los janerianos y los que nos sentimos atraídos por su estilo de vida.
Hay personas que creen que la santidad es solo para algunos "elegidos de Dios" y que hacen cosas extraordinarias. No te dejes engañar, el hecho de estar en gracia de Dios te pone en vía de santidad. La santidad es para todos.

Hace poco tiempo vivíamos el reconocimiento de Su Santidad Juan Pablo II como  Beato (el 1º de Mayo de 2011). Un hombre con alma de niño y con una caridad inmensa. 
Son los Santos de nuestro mundo, y muchas veces nos quedamos en la admiración sin hacernos la pregunta del millón: ¿Y yo podría ser santo?

El que se hace esta pregunta va por buen camino, porque todos estamos llamados a la santidad. Todos los cristianos estamos especialmente llamados a ser santos en nuestro mundo, en nuestro trabajo, en nuestra familia, en nuestro Colegio o Universidad, en una palabras donde nos encontremos. 
No tengas miedo de ser coherente y de ser amigo de Jesús, de dar testimonio de tu vida cristiana, y sobre todo de tratar con misericordia a los más desfavorecidos de nuestra sociedad.

 La santidad es cosa de sencillos, es un trabajo fino y delicado que hacemos cada día con naturalidad,  requiere un gran amor a Dios, estar conectados con su Espíritu, requiere también, un gran respeto y amor por todos nuestros hermanos, sin distinciones de ningún tipo, todos son hijos de Dios, como nos lo recordaba la Me. Janer, "tratad bien a todos"

Te invito a mirar este video donde aparecen las risas de Juan Pablo II, una persona que supo convencer, que existe un Dios Padre, cercano a la humanidad, nos lo demostró con su propia vida, y entonces creímos que era así.





domingo, 11 de septiembre de 2011

"AMARTE Y SERVIRTE, SIEMPRE Y EN TODO"

Si tuviésemos que elegir una de las actitudes que más destacaron en la vida de la Me. Ana María Janer, es sin duda su capacidad de amar sin medida y sin distinciones. Pero ¿cómo ama la Me. Janer?. Según algunos testigos que la conocieron, comentaban que tenía un corazón eminentemente maternal, con una capacidad de salir de sí misma, olvidándose de sus propias necesidades y atender las necesidades ajenas, por más adversas que éstas fueran. (Guerras, pestes, exilio, miseria, expulsiones sin motivos, trabajo abnegado en los hospitales de sangre, y etc...)
Hoy hablamos de "indignados", por diferentes injusticias sociales, laborales o cívicas en cualquier lugar del mundo. Es difícil pensar que nuestra Me. Janer tuviese tiempo para indignarse... sino más bien todas su energías las canalizaba para resolver las situaciones apremiantes de su época confiando siempre en Aquel que la había llamado. Sale al encuentro, con generosidad, con paciencia, con decisión porque las necesidades humanas requieren una actitud vigilante y activa. Nada de pasivismos, ni de echar las culpas a los otros, porque a ella Nuestro Señor le había encomendado la misión de velar por los enfermos, los ancianos, los jóvenes, los niños huérfanos, las hermanas de su congregación. La responsabilidad  de la misión cumplida la hace pensar a menudo en la vida eterna, en el diálogo cara a cara con Dios:
"Entra sierva fiel al banquete de tu Señor, porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba enfermo y me socorriste, desnudo y me vestiste... entra porque tu lámpara (de la fe y del amor) siempre ardió".

Este diálogo que ella esperaba tener cuando dejara este mundo, la hacía ver a Jesucristo en cada persona que atendía y procuraba siempre y en todo, hacerlo con esa actitud de servicio que es la esencia de la vida cristiana, todo por Dios y por los hermanos.
                                    
Una de las frases de la Me. Ana María Janer:  


"Cuánto se alegra Dios, por las obras de  misericordia que practicamos a favor de nuestros hermanos"



OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES: 
  1. Dar de comer al hambriento

  2. Dar de beber al sediento

  3. Vestir al desnudo

  4. Visitar a los enfermos

  5. Atender al preso

  6. Dar posada al caminante

  7. Dar sepultura a los difuntos

    OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES:

    1. Enseñar al que no sabe y

    2. Dar buen consejo al que lo necesita

    3. Corregir al que se equivoca

    4. Perdonar las ofensas 

    5. Consolar al afligido

    6. Tolerar los defectos del prójimo

    7. Hacer oración por los vivos y difuntos